- IARRD
Comprendiendo el ambiente a través de la concepción del riesgo como interfase
Por: Obiel Xiraú Nuñez Seijas*
(Aclaración : Este es un extracto del documento. Si estás interesado en obtenerlo completo lo podés descargar desde acá )
Ambiente es totalidad, es el espacio en que existimos. En ese espacio somos, estamos y actuamos a la vez que suceden fenómenos delimitables por la percepción y la racionalidad humana. El ambiente no es todo lo que nos rodea, pues este no nos rodea, sino que somos parte de él. Las definiciones reduccionistas y antropocentristas que sugieren que el ambiente es, o existe, porque es un medio entre uno y otro, en tanto, rodea al individuo o sociedad humana, son una ficción a la que nos hacemos incluso desde el mal uso del lenguaje. En el español, por ejemplo, no deberíamos permitirnos la mención ni la conceptualización de un «medioambiente», con su escritura como palabra compuesta, o «medio ambiente», con su escritura de forma separada. Mucho menos si esta se emplea a un nivel institucional. No se trata solamente de la discusión de si esa palabra compuesta constituye una redundancia entre las dos palabras que la componen, denominada pleonasmo. Se trata de que su sola mención induce a un doble error que apuntala la idea de separación entre naturaleza y sociedad.
Se dice que ese presunto «error» ocurrió como traducción al castellano del término en inglés «environment», proveniente de la resolución 2994 XXVII del 15 de diciembre de 1972 de la Asamblea General de la ONU, donde se designó al 5 de junio como Día Mundial del Ambiente. Esta traducción ha dado pie a una visión depredadora del ambiente que va en contra posición de la posibilidad de implementar medidas para un cuidado ambiental, pues esta conceptualización induce a la concepción y sostenimiento de una sociedad de flujos lineales. Por ello, suponemos, como diría Tomás Buch (2013:24), que hay un “medio ambiente, que está a nuestro servicio para manipularlo según lo que aparenta ser nuestra conveniencia”. Entonces, debemos asumir con seriedad que los ecosistemas no dan problemas. Es la humanidad que transgrede violentamente la capacidad ecosistémica y biofísica del planeta.
