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OLA DE CALOR Y OTROS FENÓMENOS: LA CLAVE ES EDUCAR Y TRANSFORMAR A LAS COMUNIDADES EN RESILIENTES
Desde el Instituto Argentino para la Reducción de Riesgos de Desastres se propone reflexionar sobre los impactos del Cambio Climático en nuestro país tras haber pasado la décima ola de calor de esta temporada de verano. Situación que se preveía que sucedería desde julio del año pasado.

Hace unos meses….
Mientras pasaban los días fríos en Argentina, Europa y EEUU eran azotados por una ola de calor sin precedentes que, según los registros de la OMS dejó al menos 15 mil muertos. La misma que provocó la sequía más extrema de la que se tiene registro desde la Edad Media.Según la agencia TELAM los cultivos europeos se marchitaron en los graneros, la falta de lluvias provocó incendios de una intensidad récord y pusieron bajo presión las redes eléctricas del continente.
En julio de 2022 en EEUU decenas de millones de habitantes se vieron afectados por una “ola de extremo calor” que además provocó graves incendios forestales en el Parque Yosemite.
Se sabe que estos fenómenos son cíclicos; lo que sucede en el verano en un hemisferio luego se va a repetir en el otro. ¿Entonces, si hace 6 meses esto pasaba en Europa y EEUU, por qué en Argentina resultó sorpresivo un fenómeno sobre el que hay antecedentes locales (Enero 2022) e internacionales?
En nuestro país existe desde el año 2016 la ley 27.287 de gestión del riesgo y protección civil. Sin embargo desde su creación, el SINAGIR intenta “coordinar” interministerialmente y federalmente acciones de monitoreo, respuesta o rehabilitación con poco o nulo éxito. Tal como se vio durante la bajante histórica del Rio Paraná, los incendios forestales del verano pasado y las mencionadas olas de calor.
En unos meses, según estimaciones de la Organización Meteorológica Mundial se podría instalar en nuestra región el fenómeno del NIÑO con sus intensas lluvias provocando inundaciones y anegamientos afectando a los lugares más vulnerables y esto es “gestión del riesgo”: tomar decisiones, medidas, informar e invertir para mitigar el impacto de lo que se viene. ¿ Qué sucede entonces?
Los funcionarios de turno no llegan a cumplir mandatos para poder hacer algo. Si a la mitad de una gestión de cuatro años solo permanecen en sus cargos un tercio de los ministros y sus equipos, ¿cómo se supone que se pueden tener estrategias de reducción de riesgos y planes operativos nacionales de respuesta que funcionen y se sostengan ante tanta rotación en los mandos medios y de decisión?
En la VIII Plataforma Regional para la Reducción del Riesgo de Desastres en las Américas y el Caribe (RP23) que se desarrolló en Uruguay, ministros y altos funcionarios de 31 países de las Américas y el Caribe (incluido Argentina) se han comprometido con la implementación de la Iniciativa de Alertas Tempranas para Todos, anunciada por el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, en noviembre pasado.
Sin embargo es un objetivo muy lejano dadas las descripciones anteriores. Por ello ante esta situación la clave es desarrollar sociedades y comunidades informadas. Desde el IARRD se lleva adelante la iniciativa COPE por la cual a través la distribución de libros infantiles y la formación de los docentes se apunta a instalar el tema en los espacios educativos, promover escuelas seguras e informar a la sociedad de las herramientas y recursos con los que se cuenta para mitigar el impacto de estos fenómenos que dejaron de ser extraordinarios para ser parte de la vida cotidiana.
NO PODEMOS SEGUIR PENSANDO QUE LOS DESASTRES SON NATURALES.
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A su vez el Instituto Argentino para la Reducción de Riesgos de Desastres cuenta con equipos para desarrollar todo tipo de capacitaciones a la comunidad educativa y en general.