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Políticas que ya se adoptan en el mundo contra el cambio climático y la necesidad de replicarlas

Veinte países que conforman la Comisión Global de Adaptación buscan enfrentar las consecuencias de la catástrofe climática a través de semillas resistentes a las sequías, barreras para contener inundaciones y otras acciones.
Disminuir la marcha planetaria hacia la catástrofe climática y la inversión multimillonaria requerida para hacerlo se ha convertido en un tema central del debate global y nacional.
Si bien los humanos deben pagar para terminar con la quema de combustibles fósiles, también deben pagar para cambiar la forma en que viven, invierten y construyen en un mundo con cambio climático.
La comisión internacional de funcionarios del gobierno y del sector privado dijo a los países y corporaciones que tienen 15 meses para impulsar las reformas destinadas a adaptarse a ese entorno cambiante. En 2020, el quinto aniversario del acuerdo climático de París, los firmantes tienen previsto actualizar sus compromisos nacionales con el pacto de las Naciones Unidas.
La Comisión Global de Adaptación se formó para ayudar a garantizar que los sistemas sociales y económicos se fortalezcan para resistir las consecuencias del cambio climático. Pero también se le dio el trabajo de promover los incentivos financieros y económicos al hacerlo, a saber, que hay que ahorrar billones de dólares.
En un nuevo informe, el grupo de 34 miembros, liderado por el fundador de Microsoft, Bill Gates; el exsecretario general de la ONU, Ban Ki-moon y la directora ejecutiva del Banco Mundial, Kristalina Georgieva, concluyó que se concretaron 20 billones de dólares en inversiones para el 2030 en cinco categorías: los sistemas de alerta meteorológica, la infraestructura, el enmarcado de tierras secas, la protección de los manglares y la gestión del agua, que producirían beneficios por 7.1 billones de dólares.
Las propuestas de la comisión abordan muchas categorías de riesgo climático y cómo las diferentes regiones geográficas se verán afectadas individualmente. Exige mejoras de presupuesto relativamente bajo, como sistemas de alerta temprana para tormentas, a proyectos de construcción a mayor escala.
Por ejemplo, difundir información confiable sobre tormentas con solo un día de anticipación puede reducir el daño resultante en un 30 por ciento, según el informe; además de que una inversión de 800 millones de dólares podría evitar hasta 16 mil millones de dólares en costos anuales.
Mientras tanto, iniciativas como proporcionar a las pequeñas granjas semillas resistentes a la sequía ya han aumentado los rendimientos en naciones vulnerables como Zimbabue. Y en centros urbanos como Londres, la infraestructura amigable con el clima ha llevado a un enorme crecimiento económico. El trabajo principal de la barrera del Támesis en Londres es proteger a 1.3 millones de personas de las inundaciones, señaló el informe. Sin su construcción, el riesgo de inundación habría impedido las inversiones que permitieron el florecimiento de Canary Wharf.